Santuario Ntra. Sra. de las Virtudes


La Capilla de Ntra. Sra. de las VIRTUDES, es un Santuario de gran devoción popular tanto en la Villa, como en la Comarca Eumesa. También recibe el nombre de "Ntra. Sra. del Soto".
Sus orígenes parecen estar a finales del siglo XIV. En la pared N. de la capilla hay una inscripción  en piedra de granito, resto de la primitiva capilla que dice:
ESTA IREGA MANDOU FAZER
NUNO FREIRE DANDRADE  A ONRA DE SANTA
M. (MARIA) ERA DE
MIL E CCCC E X (CATROCENTOS E DEZA)
SEIS ANOS.
En esta piedra, al lado de la inscripción hay una imagen labrada de la Virgen María.
Poco queda de la primitiva iglesia gótica,  fundada por Nuño Freire de Andrade a finales del siglo XIV en terrenos pertenecientes a la feligresía de S. Pedro de Villar. Centro de devoción popular, ligado a milagros no reconocidos por la jerarquía eclesiástica, su atrio sirvió de enterramiento de pobres; práctica prohibida por los mandatos eclesiásticos hasta el 1599, año en el que el arzobispo Juan de S. Clemente consagró el suelo y circuito de la iglesia para que pudiera servir a tal fin. En 1833 se va convertir en el primer cementerio municipal, y lo será hasta 1888, tras haber sufrido varias ampliaciones.
Entre 1672 y 1680, el indiano Andrés Copeiro y Parga, vecino del coto de Breamo, costea la reedificación de la iglesia, en la que terminaría siendo enterrado. Las obras, realizadas en tres campañas por los maestros de cantería Pedro Flores y Guemes Solorzano, fueron de consideración, pues supusieron la ampliación de la iglesia a lo largo y a lo ancho, la realización de la fachada,  la cubrición abovedada con la media naranja con linterna, arcos torales, pechinas y pilastras de su asentamiento, así como cinco ventanas, la sacristía y dos altares colaterales.

En 1817, según inscripción, se debió de realizar la espadaña.
En 1858, bajo la dirección del arquitecto Faustino Domínguez, quien más adelante se ocuparía de las obras de ampliación del cementerio, se lleva a cabo una nueva reparación que afecta al tejado, a la media naranja y al cimborrio.
Por último, a finales de 1906, volvía a estar en ruinas. Reparada dos años después, fue agregada al asilo de ancianos, con el que se comunicaba por una puerta abierta en el lado de la epístola, hasta 1919.
En la visita girada en 1611, el Visitador General del Arzobispado de Santiago, además de manifestar que está bien reparada, deja constancia de la existencia, en la capilla mayor, de un retablo dorado y estofado que tiene en lo alto una imagen de Nuestra Señora vestida con mucho aseo y limpieza, y otros dos altares colaterales con sus imágenes y frontales.

En el 1679, Teodoro de Parga, cumplidor del testamento de Copeiro, contrata con el maestro de arquitectura Alonso González la realización de un retablo de nogal para la capilla del lado del evangelio. Entre otras cosas, se estipula que debe de tener dos columnas por lado de once cuartas, decoradas con uvas y aves y una caja o hueco en  el medio donde pueda caber una imagen del tamaño que el cumplidor considere oportuno. Este hueco sería ocupado por la imagen del Nazareno, al menos, desde 1730. El impresionante retablo mayor de columnas salomónicas y relicarios, a la vez sacramental y tabernáculo, no fue pues, como se viene diciendo, realizado por Alonso González.  De él  sabemos  que en el 1718 estaba sin dorar y pintar.  Y que Fray José Mosquera, predicador jubilado y ex prior del convento de los Agustinos, se propuso completar la obra, que costaba unos 24.000 reales. Consiguió 2.000 reales de los sacerdotes, caballeros y pueblo llano. Luego escribió  al XI Conde de Lemos pidiendo ayuda, pues " que un Santuario de la devoción de V. Exª. y tan frecuentado de los fieles no permitirá su devoción que por falta de medios quede imperfecto". No tenemos más noticias documentales, pero, a tenor de como está hoy, parece que al final lo consiguió.
Completan el mobiliario dos retablos más: el de Sta. Rita, del siglo XVIII, seguramente procedente del desaparecido convento de los Agustinos; y el de la Virgen de la Soledad, del siglo XIX.
El santuario de la Virtudes presenta un aspecto espléndido y seguirá siendo testigo de nuestra Historia, patrimonio de todos y expresión de devoción popular. En 1995 las 3.377.000 pts. aportadas por el convenio Xunta-Iglesia se emplearon en la reedificación del tejado, y en 1998 la recaudación popular alcanzó 5.939.944 pts., con ellas, y con el millón aportado por Caixa Galicia, se completó la restauración del interior y del exterior. A ello hay que añadir las 350.000 pts. de la campana, aún sin colocar.  Por último, el celo y  paciencia de don José Ramón y  don José  A. Freire han evitado de momento que la carcoma siga haciendo estragos en el retablo mayor. Pero a la larga será preciso una intervención  más decidida si no se quiere perder una auténtica joya de nuestro patrimonio.

El día 8 de septiembre de 1.998, terminadas las obras de restauración de la Capilla, celebró la Misa Solemne el Excmo. Sr. Arzobispo de Santiago, Don Julián Barrio Barrio, quien en su Homilía, nos dijo:
      "Este Santuario significa un faro de luz, ha de ser un faro de esperanza que ilumine el camino que tenemos que recorrer... No podemos ser solo admiradores, tenemos que ser imitadores de Ntra. Madre. En Ella encontraremos siempre el amparo, como el hijo encuentra siempre cobijo en su madre Ella es la mejor ayuda que podemos encontrar. Ella  nos invita a seguir a Jesús "haced lo que Él os diga"...  Ella es modelo de virtud, abogada de gracia, mujer de la esperanza... María no es la meta, es el camino para ir a Jesús. ¡Que nos lleve a conocer a su Hijo, y conociéndolo, vivamos con Él, siguiendo sus pasos!".
      En la actualidad, los Cultos principales de la capilla, son en torno a la Novena y Fiesta de la Virgen, el 8 de septiembre, que se celebran con gran solemnidad. Durante el año se celebran varios cultos, pero no de forma periódica.

Los datos de esta reseña, están tomados de la obra La Iglesia de Santiago de Pontedeume. Historia y patrimonio artístico, del Profesor e investigador Don CARLOS DE CASTRO ALVAREZ