En la actual situación que vivimos, respecto al corobavirus, estamos a la espera que los Obispos de Galicia o Conferencia Episcopal nos den pautas concretas de actuación, pero seguiremos las recomendaciones de otras diócesis.
Respecto a los FUNERALES, se recomienda que participen únicamente los familiares y personas más allegadas manteniendo las mismas prevenciones sugeridas por los servicios sanitarios.
Con respecto a las CATEQUESIS, en la UPa de Pomtedeume mantenemos la sesión del próximo domingo 15 de marzo para solicitar teléfonos y correo electrónico desde donde intentar mantener contacto para una catequesis y seguimiento Online. En todo caso se procurará guardar las medidas de protección aconsejadas.
Las EUCARISTÍAS, de momento, no se suspenden. Mientras dure esta situación de emergencia recomendemos seguir la celebración de la Eucaristía por los medios de comunicación en la familia. Debido a su vulnerabilidad, es aconsejable que las personas con enfermedades crónicas, ancianas, debilitadas o con riesgo potencial, y a quienes conviven con ellas o las cuidan, se abstengan en lo posible de acudir a la celebración de la Eucaristía tanto dominical como diaria. A todos se nos está recomendando salir de casa lo menos posible. Por tanto, quedan dispensados del precepto dominical todas aquellas personas que lo consideren. Igualmente procuremos mantener la distancia de seguridad, evítese el rito de la paz y se tendrá especial cuidado en el reparto de la comunión.
No se celebrará el sacramento de la RECONCILIACIÓN, salvo que se solicite expresamente y será en la Sacristía. En ningún caso se administrará en el confesonario, ni en los bancos de la Iglesia.
Sobre la SEMANA SANTA no tenemos ninguna disposición, por el momento, aunque todos intuimos que corre serio peligro de que se suspenda. Pero, insisto, por el momento todo sigue como estaba previsto, excepto la Celebración Comunitaria de la Penitencia del día 25 de marzo, que queda suspendida.
Más que nunca hemos de abrirnos a contemplar el Misterio desvelado en la Cruz gloriosa de Jesucristo. Las medidas presentes y futuras nos obligan a mantener distancias. Cultivemos la cercanía de la oración. Oremos unos por otros, por quienes están padeciendo la enfermedad, por sus familiares y amigos, por el personal sanitario, así como por quienes trabajan por la contención en la propagación del virus.
Un saludo de vuestro párroco y en comunión con el diácono, ministro de la palabra y colaboradores de las distintas comunidades de la UPa.